jueves, diciembre 01, 2005

Día 19: Viernes 18 de Noviembre de 2005

Como siempre me levanto muy tarde, y es que “la culpa fue del interné, SÍ fue del interné” (ponerle musiquilla que queda mejor). Ale otro día más a base de probabilidades y rollos patateros. Al final me veo de profe de estadística en alguna facultad de frikis. Mi mp3 sigue vacilandome un montón, ahora funciona, ahora te digo que error de lectura, ahora que no tengo partición, me recargas y te funciono, pero a las dos horas me peto… Me saca de quicio. Al menos hoy es viernes y habrá algún plan… pues va a ser que no. Vaya gente, se están amariconando por momentos. Todos tienen planes para mañana: unos se van a una fiesta de la comida en una universidad con un montón de cheerleaders (suena interesante), otros se van en bici a una montaña cercana a dar una vuelta (suena interesante, pero mi bici es una chuster y no tiene marchas, además no hay cheerleaders), y Álvaro ha quedado con unos amigos en Ueno (Tokio) para ir a un museo y dar una vuelta. Vamos a dejar lo de las cheerleaders y vamos a ser serios, mañana nos vamos a Ueno. Al parecer también viene Ema, una amiga japonesa de Alvaro (con novio) y una alumna (Alvaro imparte clases de Español). Así que no hay ningún plan para esta noche…

Me tengo que pasar por Saty para comprar un disco duro externo y a ver si pillamos un regalo para Aaron (que el jueves fue su cumple), porque la propuesta de Marco de buscar una stripper no ha funcionado. Medio engaño a Christian y nos vamos juntos, después cenaremos en el sitio de curry. En Saty nos encontramos con Randy (y su colonia), después de un rato se va. Christian embobado con las cámaras de fotos y yo venga a buscar la mejor oferta para un disco duro. Que si USB, que Fireware, que si LAN… Al final me cojo uno de oferta por 16800 yenes de 250 GB, lo cual ya es un buen precio (120 €), peeeeero hay un letrero que según la traducción de la PDA me ahorro otros 3000 yenes, cómo? Pues no lo sé, y Christian tampoco, así que me voy a la caja a ver que pasa.

En la caja el pobre hombre japonés se intenta comunicar por signos conmigo. Parece un mono pero la verdad es que el mono soy yo con la cara de subnormal que se me queda. Al parecer la movida es que tengo que hacerme una tarjeta de no sé que rollos, pero que me cuesta pelas. Me parece entenderle 5000 yenes, y veo en el papel que pone algo de 5000. Le digo que ni de broma, encima me voy a gastar 2000 yenes más. Paso. Pero el mono motorolo me sigue haciendo señas. Mmmmm, mi suspicacia me dice que aquí pasa algo. Resulta que son 500 yenes, así que me la cojo de cabeza. Voy armado con mi tarjeta de residencia y mi Hanko, así que todo controlado. Al final me ha salido el HDD por 105 € más o menos. GENIAL.

Según nos vamos, le hago el lío a Christian para que juguemos a la máquina del tambor japonés, que le estoy cogiendo el vicio. Nos descojonamos enteritos, me parece súper divertida, pero siempre que juegues con alguien. Antes de salir vamos a buscar un peluche para Aaron, pero no vemos nada adecuado, y Parco (otro centro comercial ya está cerrando).

Ahora toca cenar en el sitio de Curry, como he sobrevivido al curry de nivel 5 (solo recomendado para verdaderos hombres, según pone en la carta), pues paso al siguiente nivel y Christian se pide uno de nivel 4. Prueba superada (aunque con muchos calores la verdad). Por hoy es todo.